No es la primera, tampoco será, espero, la última vez que
mis fotografías viajan por el mundo en una postal. La de ahora no es una
iniciativa convencional, no son postales convencionales. La idea nace en la
cabeza pensante del escritor Edorta Jiménez con quien me toca en estos tiempos
compartir proyectos y reflexiones: poner en manos de los viajeros llegados de la Europa vecina sentimientos
y expresiones comunes para su sistema cultural expresados por gentes de su
propia tierra y en su lengua propia sobre matices referidos a Euskal Herria y
más concretamente sobre la comarca de Urdaibai. Así hemos realizado cuatro
postales con referencias visuales a la isla de Izaro, el árbol de Gernika, el
cementerio de Mundaka y el puente medieval de Arratzua. El por qué de estas
imágenes se entiende al decir que cada postal lleva escrito en el espacio
textual un fragmento de Wilhelm von Humboldt, William Woodsworth, Paul Valéry y
Raimon, respectivamente, en la propia lengua en que cada autor escribió los
textos: alemán, inglés, francés y catalán.
Se trata de que los viajeros encuentren conexiones y
sentimientos en sus propias lenguas y a través de ellos establezcan sintonía
emocional con nuestra tierra.
Las postales no van a estar a la venta en cualquier quiosco;
se entregarán en establecimientos turísticos que quieran poner un aliciente
espiritual en la recepción a sus clientes. Es un experimento para hacer las
cosas de otro modo lanzado desde la cooperativa Urdaibaion. Esperamos que
funcione, por eso esperamos también poder hacer más postales y seguir siendo “postaleros”.