30 de noviembre de 2013

Kiev se prepara para la batalla de europeizar Ucrania




Plaza Mijailovski

Ha sucedido en Ucrania, en Kiev, donde me encuentro en ruta hacia Chernobil.
Las protestas urbanas surgidas tras la reciente negativa del presidente del país, Víktor Yanukóvich, de firmar el Acuerdo de Asociación con la UE pretenden terminar con su dimisión y la del Gobierno.
Liberada en la capital Ucrania de Kiev la plaza de Maidan, a violentos porrazos y a las cuatro de la mañana, el efecto consecuente ha sido encender la mecha de un potente activismo social. Tomada hoy esta plaza por la policía para impedir que se reproduzcan allí las manifestaciones se ha lanzado una convocatoria popular para encontrarse en la plaza Mijailovski. Al atardecer del viernes esta plaza estaba repleta y en ella se organizaba una completa logística de resistencia. Recogida de fondos, recogida y distribución de alimentos, servicio de socorro, solicitud de firmas, distribución de panfletos, mítines y discursos políticos y hasta entrenamiento de brigadas para la guerrilla urbana. Lo hemos visto y no parece ningún juego. Lo que se prepara en Kiev es severo. Habrá que darle tiempo pero, conocida la avaricia de Rusia por controlar a sus vecinos, se puede sospechar que su poder de aplastamiento contagiará fácilmente al gobierno ucraniano. Hay muchos ciudadanos dispuestos a impedirlo. En la plaza Mijailovski duermen hoy algunos de ellos.

Plaza Maidan




Plaza Mijailovski

Plaza Maidan

Plaza Maidan

29 de noviembre de 2013

Es hora azul en Donetsk












Es hora azul en Donetsk. Tráfico intenso en los tres carriles que aproximan desde Crimea al centro urbano de esta ciudad, también más allá, entre altos edificios, esquivando tranvías, trolebuses y circulación heterogénea de vehículos y personas. Si el cielo azulea es por la caída de la luz solar, cosa que sucede muy temprano, como a eso de las cuatro y poco de la tarde, y no porque se anuncie por la ciudad el encuentro del equipo local Shakhta Donetsk contra la Real Sociedad de fútbol, llegado ya desde Donostia, la tierra vasca en el norte de la Península Ibérica. Tampoco azulea porque hay ya paseando por las frías calles de esta ciudad o fotografiándose bajo la inevitable estatua de Lenin algunos realistas abrigados con la bufanda blanquiazul distintiva de su equipo. Pocos, es cierto, contra los miles de hinchas ucranianos enemigos que tendrán que escuchar haciendo coro en el campo monumental que acoge la cita de Champions League.
Así, bajo la presencia del azul me encuentro por fin ante la elipse gigantesca del campo Donbass Arena que también tiñe con luces azules la periferia de su arquitectura.
Tras un triple y férreo cacheo para acceder al campo puedo asomarme, entre un grupo de entusiasmados guipuzcoanos vistiendo bufandas y banderas blanquiazules al césped del Donetsk Casi ni me he enterado cuando comienza el encuentro, no soy capaz de intuir las jugadas de interés ni encuentro nada que sostenga mi atención sobre la hierba. Sí en las gradas que me rodean, en algunos rostros contraídos, en los brazos elevados al aire o en los gritos y expresiones airadas que con seguridad nadie escucha.
La hora azul termina por ser hora negra porque el equipo que viste camiseta de rayas blancas y azules encaja un gol tras otro pera terminar perdiendo cuatro a cero. La Real Sociedad ha quedado fuera de la competición de Champions League y eso debe ser bastante triste. Por eso, la complicidad con mis compañeros de grada me deja un leve sabor agridulce, mezcla de pérdida de una ilusión y de curiosidad satisfecha.
Ha sido una casual circunstancia, solo un pretexto viajero, la que me ha llevado de nuevo a un campo de fútbol, sabido que ninguna pasión, ni siquiera afición, me invita a defender banderas ni equipos reunidos tras un balón de cuero. Y ha sido divertido encadenar asuntos sobre al azul porque los colores funcionan tan bien en el alma deportiva como en fotografía.
Última hora: el cielo ha amanecido azul en Donetsk tras una heladora noche de noviembre.







25 de noviembre de 2013

Mar Negro, acantilados, montañas y escondites submarinos


Montañas de Yalta

En Balaklava el mar Negro acaricia violentos acantilados de calizas rosáceas. Se desploman desde los viñedos de la costa de la península de Crimea, acostados dulcemente en Sebastopol pero despeñados en Balaklava. Apenas un resquicio de paz en ese acantilado sirvió para amarrar los barcos de los pescadores y convertir el estuario escondido en un puerto secreto, cerrado para los barcos de la guerra primero, madriguera de submarinos rusos ocultos bajo las montañas después. Un túnel camuflado en la pared de roca da paso a un insospechado universo bajo tierra. Catacumbas de hormigón pensadas para la guerra.
Los acantilados rocosos se repiten en todo el contacto de Crimea con el mar Negro, calizas grises sobrepuestas a laderas salpicadas de marojales que ahora pintan de marrones sus hojas y pinares, despeñaderos de rocas fracturadas, santuarios de cúpulas doradas encaramados en riscos inconquistables. Así acompaña la costa de Yalta al océano,  con paisajes sobrecogedores asomados sobre un horizonte de aguas infinitas.
En el alma de estos paisajes sigue pesando la historia de un espacio de guerras y conflictos, tratados de paz y conversiones sucesivas de religión y confesión. A pesar de ello queda amabilidad, esperanza y tierra que cuidar.

Sebastopol
Sebastopol


Crimea
Base submarina de Balaklava


23 de noviembre de 2013

Ingeniería para la muerte en UCRANIA


ODESA, en ruta

ODESA, en ruta

 El viaje ucraniano tiene en su primera fase rumbo sur. Inevitablemente transita por escenarios de película y también de muerte. Escenarios inmensos que dese Kiev conducen a través de llanuras infinitas, apenas onduladas, arrugadas por tierra recién labrada o manchas verdes de maizales sobre las que se afanan ahora las cosechadoras. Casi nadie en un largo horizonte enfilado por una rectísima línea de asfalto. Por fin Odesa despierta con su caos urbano, enseñando arquitecturas de cientos de años y lugares memorables donde las guerras regaron la sangre de millares de paisanos. Mira al mar la escalera mitificada por los planos angustiosos de “Acorazado Potemkin” pero a un paso se amarran buques de carga bajo la lluvia o transitan largos convoyes de vagones cargados de carbón o de maíz. Solo ahí la percepción del Mar Negro tiene presente. Del pasado esta bahía evoca historias cruentas, de desembarcos, emboscadas  marinas o encarnizadas batallas enseñando como monumentos máquinas pensadas para la guerra: submarinos, cañones, minas o lanchas de desembarco. También catacumbas infernales donde sobrevivieron luchadores de guerras aparentemente absurdas. Toda la ingeniería humana puesta al servicio de la muerte.

 Memorial en la batería 411 de defensa de Odesa



ODESA

ODESA. Catacumbas

ODESA. Escaleras Potemkin. Потьомкінські східці

21 de noviembre de 2013

Ucrania en el punto de mira



 Acaso debiera estar controlando la impresión de Maravillas de Euskal Herria, pero ha quedado en buenas manos. Tal vez se espere que dedique algo de tiempo a esos talleres que llegan en diciembre, lo estoy haciendo en la distancia. Curiosa circunstancia la que me tiene de viaje por Ucrania, en buenas compañías, de periodistas y viajeros empedernidos. Compartimos viaje, curiosidad, risas y experiencias. En un periplo iniciado en una capital, Kiev, tan fría de temperatura como la sonrisa en casi permanente ausencia de sus habitantes. Ha sido solo el comienzo de un viaje más breve de lo deseado, como casi siempre.






20 de noviembre de 2013

Taller de fotografía en la montaña. Mendiklik






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Llegamos a la tercera convocatoria del taller de fotografía de montaña con el MEDIFILMFESTIVAL de Bilbao.
Este año vamos modificar ligeramente el enfoque sin apartar la mirada de las montañas. Queremos realizar una búsqueda más certera y especializada en las diferentes actividades que practicamos en el entorno natural.
Durante el fin de semana del 20 y 21 de diciembre queremos explorar cada una de las experiencias tanto de ocio como de deporte que la montaña nos ofrece como sujeto fotográfico. Nos detendremos a explorar las luces ideales, los gestos, el movimiento y los momentos claves de cada una de las modalidades practicadas en montaña para ver el modo de extraer en cada una de ellas las mejores imágenes posibles. No nos olvidaremos de mirar también en nuestro interior para aprender a fotografiar los sentimientos experimentados en nuestras aventuras.
Desde la aplicación de reglas generales llegaremos a encontrar algunas leyes particulares que sirven buenos resultados en cada actividad y haremos un repaso a las técnicas que nos ayudan a lograr imágenes correctas.
Paisajes, senderismo, montañismo, escalada, esquí de montaña, barranquismo, espeleología… estarán en nuestro objetivo fotográfico.
La convocatoria para este Mendiklik está abierta hasta el 30 de noviembre y las incripciones se pueden realizar en santiyaniz@gmail.com.


14 de noviembre de 2013

Fotógrafos de maravillas








Ya viene, ya viene. Quienes sigan mis movimientos a través de este blog habrán podido concluir lo poco que se ha movido este fotógrafo para lo que parece habitual en él. Los tiempos no están para alegrías pero a los espíritus inquietos las crisis nos pillan siempre enredados. Y esta no iba  a ser menos, aunque la discreción obliga a mantenerse sin gritar. En algo hemos andado en las últimas estaciones de invierno a vrano.
Sepa ya todo el mundo que en unos días saldrá de imprenta un libro que esperamos sea bello, interesante y provocador. Bello, como es nuestra tierra diversa, generadora de imágenes a la vuelta de cada recodo y provocadora de emociones cada tarde o cada amanecer. Interesante porque a los tópicos les hemos querido dar una vuelta para sacarles un poco del encanto que siempre guardan un poco escondido, reservado solo para los pacientes, más para los pescadores de fotos que para los cazadores. Provocador de deseos de echarse al campo, de vencer la pereza y aguantar el frío para buscar magias naturales de las que nuestros paisajes regalan a los sentidos.
Se llama “50 maravillas naturales” y es un trabajo repartido al alimón con el fotógrafo Alberto Muro pero nacido de un equipo ya histórico que hemos trabajado durante muchos años con la editorial bilbaina SUA. Miguel Angulo, explorador y aventurero de nuestras montañas que ha terminado dibujando en mapas; Mikel Tellagorri, contador de historias y caminos, autor de guías y relatos; Txusma Pérez, caminante montaraz y editor de cosas y papeles que rezuman olor a montañas y Javi Pascual, aventurero sinónimo de editor, que ha hecho de la naturaleza, las montañas y nuestro país parte de su alma.
No fue fácil, porque queríamos haber puesto doscientos lugares, acotar los límites de los que iban a componer el corpus de este libro y, en una frase que ya hemos repetido más veces, podemos decir que aunque no están todas las que son, sí son verdadera maravilla todas las que están.
Como yo soy también periodista y sé que las primicias exclusivas no gustan a la competencia me reservaré más datos sobre el proyecto, que tiempo habrá.
De momento puedo anunciar el nacimiento de una criatura hermosa. Y para muestra, un botón: la cubierta exterior que avisa del contenido. 

Txusma Pérez, Miguel Angulo, Santi Yaniz, Mikel Tellagorri, Alberto Muro, Javi Pascual


Trabajando la lista de las cincuenta maravillas

 


4 de noviembre de 2013

Emmet Gowin, el fotógrafo humanista



Emmet Gowin y su amada esposa Edith

Él estuvo en Bilbao. Ahora que se ha ido quedan sus imágenes. En la sala Rekalde, bajo una iluminación atenuada para proteger sus copias en sales de plata y magistralmente viradas, todo ofrecido en un ambiente que potencia la mirada intimista.
Emmet estuvo en Bilbao con su más preciado sujeto fotográfico: su esposa Edith, a la que ha retratado durante toda su vida, centro de su objetivo pero sujeto sobre todo de su alma.
Hay un mensaje que desliza cada vez que Emmet habla de su trabajo: una implicación constante con el mundo que le rodea.
Y uno se pregunta escuchándole y viendo sus imágenes: ¿es un retratista? ¿es un paisajista? ¿es un ecologista?  Para terminar concluyendo que lo que pone en sus imágenes es toda el alma, el amor por las cosas y el mundo y un modo de relación que media inevitablemente con su cámara donde no solo mira sino que admira.
La exposición de Rekalde es una retrospectiva producida por la fundación Mapfre con casi doscientas imágenes que repasan el corpus vital de Emmet en una propuesta cronológica donde descubrimos un recién iniciado leiquista, un consagrado fuellista y un recién llegado digitalista. Pero sobre todas estas técnicas de captura sobresale un copiado personalísimo y artesanal que aporta un grado a esas pequeñas imágenes de su familia como a los paisajes aéreos. Que retrate a sus queridos con frescura y amor parece lógico pero que trascienda la superficie de las cosas arrancando un encanto impresionista en lo que parecen solo paisajes pero son mucho más que eso es sorprendente y toda una lección de fotografiar.
Emmet me fascinó desde algunas imágenes a las que nunca puse autoría; ahora que le he escuchado hablar fuera de ellas le reconozco mostrándose como un maestro artista.










 
Carlos Cánovas y José Luis Ramirez conversan con Emmet


Algunas de sus frases también son para escuchar:

Un paisaje mantiene su alma a pesar de las cicatrices y el castigo que le inflige el hombre. Es eso lo que quiero mostrar.

Para mí, las fotos son una forma de retener, intensamente, un instante de comunicación entre un ser humano y otro.

Hay cosas en vuestra vida que solo vosotros veréis, historias que solo vosotros oiréis. Si no las contáis o las escribís, si no hacéis la foto, esas cosas no serán vistas ni oídas.