29 de diciembre de 2015

Donostia 2016 en fotografías




Ibilka, la revista, habla de Donostia en la oportunidad que las convocatorias de 2106 les ofrecen a los vascos de Iparralde para acercarse a este Capital Europea de la Cultura. 
La ilustración no se podía escapar de algunos tópicos como mirar a la gastronomía, pasearse por costas y playas, recorrer las sendas verdes o los bidegorris y asomarse los espacios culturales de la bella ciudad que rodea a la bahía de la Concha.
Al fotógrafo, a este fotógrafo, le dieron solo los temas sobre los que debía trabajar y toda la libertad para enfocarlos aunque con la intención de que huyera de las imágenes convencionales. Lo intentó y a la vista de la edición realizada en la revista y puesta en páginas el resultado es singular e interesante.
Se han quedado fuera algunas imágenes poco convencionales que me gustan y traigo a esta página, acaso no sean el Donostia que se espera, pero también está ahí mi mirada personal.

Y, por supuesto, seguiré cerca de lo que suceda en Donostia 2016. Lo contaré entre estas líneas si tuviera interés fotográfico.













13 de diciembre de 2015

Fotógrafo tendero



De fotos, de fotografiar, uno sabe ya un poco porque a eso ha dedicado toda su vida. Pero de aquello a convertirse en tendero va una distancia larga, mentalmente sobre todo, aunque no tanta en el espacio que separa una tarea de la otra.
He experimentado este nuevo oficio justo después de ejercer otro también nuevo para mí: editor. Nos dicen “autoeditor” cuando lo que has llevado al papel es tu propio trabajo. Lo de tendero me lo digo a mí mismo porque acabo de vivir la experiencia de poner un par de libros ante el público en un mostrador de feria, de feria del libro, de Durangoko Azoka,  a donde llega cada invierno lo más nuevo y también lo  que sobrevive del mercado de la edición de libros, discos y otros productos culturales relacionados con lo vasco.
Experiencia enriquecedora porque enseña cómo mira la gente tu trabajo; cómo lo mira la que ya es tu competencia; como te reciben, saludan y evalúan tu quehacer. Lo sientes de cerca pero puedes hacerlo desde la distancia si te colocas entre el público discretamente. No, Durangoko Azoka no es un indicativo de mercado. Ya me lo han advertido alrededor: acaso un buen escaparate, en todo caso un lugar interesante para todo lo relacionado con lo vasco porque es punto de encuentro, confluencia de intereses y miradas, y también un escenario perfecto para el “postureo cultural”.
Hemos estado, sentido y percibido; aprendido muchísimo de ese puestito de tendero. El futuro y los proyectos que esperan en la recámara serán el mejor indicativo de esas lecciones aprendidas. Por eso hay que estar atento a los pasos de este fotógrafo inquieto, también escribidor y ahora editor. Porque la crisis también va dejando mensajes y no ha podido derrumbar ninguna ilusión en esta casa.
Para comenzar échenle una mirada a la nueva web www.santiagoyaniz.com

Aún tiene que desarrollarse pero es el complemento firme de los pasos seguidos en este blog.



24 de noviembre de 2015

En lo que estamos: Goitik Behera/De arriba abajo.





No es un secreto. Pero por laborioso y exigente de concentración no es un acontecimiento que debiera convertirse en anuncio ni cosa noticiable.
Después de más de treinta años enredando entre libros, fabricando contenidos para ser impresos en papel y que están ya depositados hasta la fecha en más de treinta títulos he podido vivir por primera vez la experiencia del creador total: elaborar una idea, llevarla a cabo sobre el terreno, producir su puesta en página y estar a pie de máquina en todo el proceso de fabricación (por cierto, no agradezco nada a los editores haberme hurtado esta posibilidad); y terminar ese mismo proceso en el mostrador de ventas, con la puesta de rostro al nombre y a la firma para que cada cual cierre ese contacto ilusorio que muchas veces presupone con el creador reduciéndolo a una imagen ficticia.
Goitik Behera o De arriba abajo es mi último enredo fotográfico. La terminación, por fin, o acaso solo un recomienzo, de un proyecto que me hierve en la recámara desde que un día comencé a volar sobre Euskal Herria, el país de los vascos, hace casi una quincena de años pero que comenzó a tomar forma de imágenes aéreas desde hace unos diez años. 
Muchas fotografías, muchas imágenes de fácil, o también complicada, lectura querían ver la luz que un día las fabricó a través de una lente de cámara.
Ningún editor quiso el compromiso de apostar y ahora yo estoy reconvertido también a ese oficio. Yaniz fotógrafo es también Yaniz editor.
Es en lo que estamos; en fabricar dos libros, uno gordo y más convencional, otro delgadito y más personal, para dar vida a esa mirada vertical que apasiona al fotógrafo.
No quiero eludirlo porque ha sido importante la compañía comprometida en esta última fase de David Ozkoidi, navarro de Sangüesa, y artífice del diseño y maqueta de los libros pero también de la edición de los vídeos que se unen a este proyecto.
Del resultado final sabrán primero quienes se acerquen en poco más de una semana, entre el 4 y el 8 de diciembre, por Durangoko Azoka. Estará a la vista, Goitik  behera, De arriba abajo.
Para poner un poco de miel véase este booktrailer primario, habrá otro más extenso, un auténtico making off en breve.



19 de noviembre de 2015

Bahía de La Concha. San Sebastián. Gipuzkoa




“Irutxulo”, tres agujeros, es el apelativo familiar de la Bahía de San  Sebastián, una combinación perfecta de armonías. Hay una media luna con isla –Santa Clara- y dos atalayas con encanto -colinas de Igeldo y de Urgull- que definen dos agujeros; el tercero lo hace Urgull con el monte Ulia, abrigando a sus pies la desembocadura del Urumea y la playa de la Zurriola.
Estremece recordar que alguien pensó en el siglo XIX cerrar la bahía para crear en ella un gran puerto mercante con todas sus infraestructuras. Menos mal que decidieron diseñar una ciudad para ser admirada y para disfrutar de sus aires de mar, cuidaron sus hermosuras y potenciaron en ella las artes de vivir y contemplar.
Por eso no es extraño que la bahía más bella de Euskal Herria atraiga cada años a miles de viajeros de todo el mundo.

Este es uno de los textos y una de las imágenes aéreas de proyecto que se gestiona durante estos días en esta tierra. "De arriba abajo", una mirada de fotógrafo extraordinaria al país de los vascos.




28 de octubre de 2015

De Mallos, Reinos, castillos y conglomerados de piedra



De todo eso y más, de caminos y montañas, de pequeños paraísos escondidos, de ermitas rupestres y barrancos salvajes, de paisajes inmensos que florecen como la vida cuando la tierra aún está fría en el invierno. De esos parajes aragoneses tan bellos y eternos como la Sierra de Guara y el Reino de los Mallos me tocó contar vidas, historias y caminos en la revista Pirineos.
Así se lee la introducción:

Al Reino de los Mallos es apropiado viajar escuchando a Labordeta. Corazón aragonés, horizonte amplio, con el sol a la espalda, o acaso con él atravesando el follaje de los pinos para entrar afilado en tu retina.
Así, siempre entre aromáticas y resecas plántulas que se quiebran al pisar, pinos adustos que ensimisman los collazos, almendros cultivados y cuidados en campos que parecen huertos de árboles y relieves marcados por peñascos de colores, como los propios Mallos o esa esfinge solitaria de la Peña Gratal que impone su silueta en el contraluz del amanecer, arriba el viajero a las tierras de Riglos.
Siempre hay allí un río y aguas pirenaicas que fabrican nieblas con frecuencia; disimulado entre barrancos, apaciguado en los embalses o bravo en sus rápidos, el río Gállego es una vértebra ineludible de estos paisajes. Pero además es camino de emociones porque el río se ha convertido en parque de juegos para los deportes de aguas bravas. El rafting y descenso de piraguas proponen divertimento sin riesgo en estas aguas desde que los calores de la primavera comienzan a dulcificar su temperatura y temperamento. Basta esta única razón para venirse al Reino de los Mallos a encontrar un fragmento de felicidad; aunque hay muchas más razones.
Descendiendo las revueltas del Gállego después de haberse ensimismado un momento con el espejo del embalse de La Peña se podrá esperar enseguida la presencia impresionante de los Mallos. Tras una curva, su imagen aparece de modo imprevisto, su silueta cayendo a pico y, a los pies, el agitado Gállego. Y esta es una foto inevitable.



29 de septiembre de 2015

Eclipsado por la luna




No podía faltar a la cita. Seguramente nunca más podré volver a verla así, escondida de la luz que del sol le llega en nuestra noche. Esperé su salida por el horizonte en un alto lugar vecino de Baztan. Pero no había calculado que en el rincón que más llueve de Euskal Herria las nieblas son casi inevitables. Y antes de que el sol se marchara y llegara la luna, las nubes lo dominaron todo, hasta la luz. No tuve más remedio que huir en busca de otro emplazamiento que, ahora sí, era el acertado: el alto de San Cristóbal, sobre Pamplona. Estaba llena, llenísima, para cuando llegué arriba. Me olvidé de ella hasta que el despertador me levantó de mi saco de dormir. Eran las tres de la mañana y el eclipse de penumbra ya estaba avanzado. Trípodes en posición, ópticas potentes, espera corta y comenzó a esconderse el borde de la corona lunar. Pasó una hora mientras la luna se iba cubriendo de sombra y al cabo de ese tiempo se quedó en una mancha dorada: en una espectacular luna roja. En derredor la noche lo dominaba todo, duró así un buen rato porque mientras se iba abriendo la corona de la luna dibujaba una ligera penumbra. Así volvió, una hora después, todo a la normalidad. Y amaneció con la compañía de un tambor inmenso en el lado opuesto del horizonte: la luna eclipsada se marchó de nuevo.




23 de septiembre de 2015

Exposición férrea: QUINCE MIRADAS DE HIERRO




Exposición es en fotografía la cantidad de luz que a través de la cámara y la óptica se transmite a un soporte sensible, sea químico o electrónico, con el fin de registrar una imagen de modo permanente.
Exposición es también sinónimo de muestra, de exhibición pública, del trabajo de uno o varios autores y cumple con el propósito de cualquier lenguaje que es el de transmitir y ser escuchado.
La nuestra es de hierro y  de fotos. Quince fotógrafos hablando de hierro en imágenes, “quince miradas de hierro” en la sala Ondare de Bilbao (c/María Díaz de Haro). Yo voy a 80 x 80 y en negro.
Un colega de exposición se acercó hace unos días para decirme: “te voy a echar una bronca: seguro que tienes fotos de árboles mejores que la que has puesto; está desenfocada”.

Máquina, madera y agua son, fueron, tres ingredientes fundamentales en la fabricación preindustrial  del hierro. Esa es mi contribución. Inauguramos el jueves, 24 de septiembre.


16 de septiembre de 2015

Algo le falta a Tabakalera





Ya está inaugurado Tabakalera, el centro de cultura contemporánea y creación de Donostia, y aún deben ponerse en marcha muchas cosas.
 Todo bien, pero algo falta en Tabakalera. ¿Se habrán olvidado?
A Tabakalera le falta conservar su alma, recordar de algún modo permanente qué fue, por qué se construyó y para qué. Solo un pequeño resumen en la web de Tabakalera lo recuerda.
Le pasa igual que a la Alhóndiga de Bilbao que ahora quieren que se llame Azkuna Zentroa: no hay allí en tantos cientos de metros de espacios vacíos una triste cuba de madera que recuerde las que rodaban llenas de vino y vacías por su interior, ni un pellejo de vino de aquellos que se transportaban a hombros o sobre una carretilla, ni un carro de los que se llenaban de garrafones. No hace mucho tiempo descansaban a la intemperie en un solar de Bilbao, sin custodia ni amparo, varios de aquellos toneles. ¿Se habrán quemado ya en alguna estufa?
Le pasa lo mismo que al Guggenheim, que ha olvidado recuperar de algún modo “artístico”, al menos  la corona de la chimenea con baldosas cerámicas que remataba el edificio de la Compañía de Maderas sobre cuyos escombros se alza el supermuseo de Bilbao. Seguro que combinaba bien con las esculturas de Serra. ¿Dónde está aquella chimenea?

En Tabakalera hay muchos miles de metros cuadrados todavía vacíos y no hemos visto una cajetilla de los Ducados que se fabricaron en su última etapa, tampoco aquellos gigantes fardos con tabaco que descansaban almacenados en sus sótanos. Es preocupante que a los edificios que tuvieron alma se les vacíe tan fácilmente de su memoria en favor de la modernidad y por eso sigo creyendo que algo le falta a Tabakalera.







8 de septiembre de 2015

Alardes y montañas







Ha llegado la fecha para viajar a Hondarribia y descubrir los encuentros y desencuentros que provoca su Alarde (8 de septiembre). Recorriendo calles y escuchando música de marcha –el titibiliti-, hace ya un año que mis cámaras buscaron imágenes entre el mar y las murallas de Hondarribia, entre rojos y negros, vestido como me exigieron; hace ya un año que tuve que soportar de nuevo la oscura sospecha de que todos los fotógrafos buscamos poner en entredicho el alarde y queremos reforzar el disenso. Pero no era ese mi propósito, solo contar la fiesta en imágenes, toda la fiesta desde mi propia mirada. El resultado está en los papeles de tamaño grande de Ibilka, ahí está mi fiesta, ahí el Alarde.


Hondarribia comparte papel con otras sensaciones gratas, más gratas, encontradas en los caminos naturales de los Tres Grandes, del Aizkorri, Anboto y Gorbeia que tienen reportaje en forma de travesía, de periplo andarín visto bajo las luces cambiantes de las montañas. Allí me encontré con la tormenta, con otra tormenta, no humana sino eléctrica y relampagueante, que llenó de negros los horizontes y de destellos la noche. Llegó por supuesto la calma más adelante, la de los cielos limpios, la del viento calmado y el silencio interior. Necesaria, necesario para ponerse a mirar a otro lado. En ello andamos.



7 de septiembre de 2015

GETXOPHOTO 2015 A cada uno su música, a cada cual su papel

Caujole en la despedida

Papel poco, música algo más. Parece que este es el presente y futuro de la fotografía por lo visto y escuchado en la apertura de GETXOPHOTO 2015. Se despide Christian Caujole, con nostalgia y con buenas sensaciones vividas en este rincón del planeta, dejará ese sello tan francés que ha marcado su paso por GPH; no sabemos de dónde vendrá el relevo y si traerá la reivindicación tan escuchada de que algo de la fotografía que se hace en casa esté más presente.
Menos mal que Gari y Jona Aguirezabalaga vinieron a poner un poco de música al escenario para que no se nos cayeran las lágrimas en la sección inaugural.
Estuve de nuevo encerrado en la encerrona, escuchando ideas en torno al “papel del otro” en el proceso creativo, sobre el “papel del papel” con un editor frustrado –Mauro Bedoni- por el cierre de la etapa de papel de la revista COLORS (prometen que resurgirá) y una directora –Arianna Rinaldo- no tan frustrada pero con un claro sentido de las necesidades comerciales de una revista en papel como OjodePez.  Experiencias de director de museo, de gestor de exposiciones y más. El papel está sin futuro, por lo que parece, aunque no la fotografía, según dicen, a pesar de que la afirmación se cuestiona cada día más, incluso desde los propios implicados en fabricarlas.  
No he visto aún las exposiciones; me tienen ocupado trabajos de fotografía para ser vistos sólo en papel y eso parece que es bueno.
Pero espero de ellas descubrir ese otro mundo del “viaje” que nos propone GETXOPHOTO este año; hay propuestas interesantes sobre todo para pensar en el propio proceso fotográfico, a donde nos lleva y para qué nos sirve. 



El fotógrafo de la encerrona, el que nunca sale en la foto


Cada músico con su flauta


Diálogos encerrados








http://www.getxophoto.com/

2 de agosto de 2015

Fotografiar fotografiar-se



Que nadie se descuide. Porque a la primera de cambio aparecerá de fondo paisajístico en cualquiera de esas imágenes atrapadas a vuelapluma por los turistas vecinos. Porque no hay otro modo de viaje, parece, que no esté mediado por el acto de fotografiar-se.
Ya era cosa antigua ese gesto de llevarse atrapada la propia imagen en un rectángulo que, impreso más tarde, tenía el valor del “yo estuve aquí”. Ahora la tarea parece convertirse en obligatoria y les vemos provistos de todas las herramientas imaginables: tabletas, smartphones, mini-cámaras y todo lo que se tercie para ponerse delante de una lente que anticipa al sensor digital.
Fotografiar-se tiene ahora la complicidad de la selfie-manía, pero ante las cámaras la pose sigue teniendo sonrisas de plástico y felicidad casi siempre impuesta, apariencia divina y primeros planos de exultante hermosura. Apartada la cámara tras el disparo el rictus ya puede volver a su natural: a la alegría o la tristeza, acaso a la indiferencia invisibles que solo residen en el corazón.
No dejen de fotografiarse en vacaciones, por favor;  porque queremos disfrutar de sus placeres felices.









21 de julio de 2015

Cultura, Wroclaw, puentes y Europa 2016



Wroclaw es un enclave singular en la tierra carbonífera de Silesia, que en el suroeste de Polonia toca con la vecina República Checa, no demasiado lejos de Praga.
A Wroclaw se le podría llamar la ciudad de los puentes. Por los puentes que mantienen unido su corazón urbano, piezas fundamentales en el patrimonio arquitectónico también porque ese es el eje sobre el que establecerá la base de su proyección como Capital Cultural Europea 2016.
Wroclav no se ha olvidado de sus puentes: el Zwierzyniecki, apoyado sobre dos pilares de granito para que se pueda cruzar por él el brazo del Stara Odra; el Grunwalzki, símbolo de la ciudad y el segundo más largo de Alemania en el momento de su construcción en 1910; el Tumski, de madera y acero. Por ellos transitan todavía bicicletas, tranvías, peatones y coches porque la historia sigue siendo presente en estos tres como en el resto del casi centenar de puentes que transitan entre las islas de sus ríos.
Cuando el viajero llega a Wroclaw agradece la emblemática hermosura de su centro histórico pero sobre todo la vitalidad de una ciudad en la que se cruzan las culturas de la misma Polonia con sus vecinas Checa y Alemana; estima la rápida transición del espacio común para los turistas admiradores del patrimonio al terreno de lo cotidiano y la amabilidad y tranquilidad de las gentes locales que hacen su vida con normalidad sin pensar en el 2016. Quienes sí piensan en ello son los transformadores de esta ciudad que limpian su cara en una y otra obra públicas, acondicionan las riberas fluviales para convertirlas en paseos o se ocupan de organizar el urbanismo como está ocurriendo en casi toda Polonia.

Wroclaw competirá con Donostia en su capitalidad cultural; hermanadas de facto pero muy distantes en las acciones que cada una propondrá para la ocasión. Antes, durante o después, Wroclaw bien vale una visita.